España empezó a enterrar su historia al ganar a Italia en cuartos de final. De un plumazo superó la barrera que siempre se le había atragantado y que nunca superaba desde que fue finalista en la Eurocopa de 1984, cuando perdió con Francia en París (2-0).
"Podemos pasar de cuartos", se veía en las camisetas de los aficionados españoles en Austria durante la Eurocopa.
Y contra Italia se pudo. Derrotando además a un rival al que nunca había ganado en partido oficial desde 1920 y acabando también con la historia negra de los penaltis, una especialidad que no se le daba bien, siendo eliminado de esta forma en cuartos de final de los Mundiales de 1986 y 2002 y la Eurocopa de 1996.
Antes de esta Eurocopa, se decía que España era el campeón del mundo de los amistosos y esta victoria puede ayudar a acabar con esa idea.
La cronología de decepciones había tenido su último capítulo en el Mundial-2006, cuando tras una primera fase con tres victorias claras, España fue eliminado en octavos de final por Francia (3-1).
En la leyenda negra española quedó una falta inexistente de Carlos Puyol sobre Thierry Henry que permitió a Patrick Vieira marcar el 2-1 en el minuto 83, que era decisivo. Después llegaría el 3-1 de Zinedine Zidane en el descuento, cuando la Furia ya había dejado de rugir.
La leyenda negra de España había empezado en aquel partido contra Italia en el Mundial de 1934 en que los "Azzurri" lesionaron a medio equipo español, tal vez el mejor de Europa de la época, en un primer duelo que empataron (1-1), para luego imponerse los transalpinos en un segundo encuentro (1-0).
En la colección de desgracias aparece la curiosidad de que España no se clasificó al Mundial de Suiza-54 por un sorteo en el que pugnaba con Turquía, después de que ambas hubieran empatado en la fase de clasificación. Pero la suerte correspondió a los otomanos que acudieron al torneo helvético.
En el Mundial de 1962, España acudió con un super-equipo en el que estaba Alfredo Di Stéfano, pero la Saeta Rubia se lesionó y no pudo jugar ningún partido. La Furia cayó en la primera fase, eliminada por los futuros finalistas, Brasil y Checoslovaquia.
La siguiente desgracia llegaría en Argentina-78, cuando de forma sorprendente perdió en el primer partido con Austria, la que en teoría era más débil (2-1), para empatar después con Brasil (0-0) y ganar a Suecia (1-0.
De aquel Mundial rioplatense, España recuerda la desgracia de Julio Cardeñosa, que con el arco brasileño vacío, se entretuvo y su disparo lo despejó un defensa que llegó a tiempo para sacar el balón.
Después llegó la desgracia del Mundial de México-86. Cuando habían goleado a Dinamarca en octavos (5-1), perdieron en los penales en cuartos contra Bélgica, pese a marcar cuatro de los cinco disparos desde los once metros. La cabeza de turco fue el asturiano Eloy, el único que falló su lanzamiento.
En el Mundial de Estados Unidos-94, España se las prometía felices en cuartos ante Italia, pero Roberto Baggio mató en un contragolpe a la Furia (2-1), en un partido que se recordará por el codazo de Mauro Tasotti que rompió la nariz, dentro del área, a Luis Enrique.
Cuatro años después, en 1998, una mal comienzo, con un fallo garrafal de Andoni Zubizarreta, propició la derrota ante Nigeria (3-2) en el primer partido. El empate (0-0) ante Paraguay y la goleada a Bulgaria (6-1) no sirvieron de nada.
Por último, en Corea y Japón-2002, una "sospechosa" actuación arbitral del egipcio Gamal Ghandour, que anuló dos goles válidos, uno en la prolongación, que era "de oro", eliminó a España en cuartos de final contra Corea del Sur en los penales.
Esa historia negra tuvo un final feliz en Viena con la Eurocopa de 2008.
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Fuente: El País Digital
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