Argentina 2 Uruguay 1

Dos goles tempraneros le dieron el partido en bandeja a los de Basile que simplemente intercambiaron golpes con los uruguayos hasta el pitazo final.
Uruguay cayó ante Argentina por 2 a 1 en el Monumental de Núñez, en un partido correspondiente a la novena fecha de las eliminatorias sudamericanas.
El clásico rioplatense fue uno para el olvido. Un espectáculo de fútbol en el que faltó todo lo relacionado con el balón y sobraron los empujones, las palabras de más y las faltas duras.
Todo bajo la inoperancia del juez paraguayo Carlos Torres, incapaz de encausar el encuentro y, para completar, factor determinante en el primer gol argentino.
La estadística dirá que el tanto lo anotó Lionel Messi, de cabeza, a los cuatro minutos, tras un preciso centro de Román Riquelme.
La jugada, en cambio, fue una infortunada salida de Martín Cáceres que despejó directo al cuerpo de Torres. El rebote dejó a la defensa mal parada y el balón en los pies de Riquelme
Era un comienzo negro para los de Tabárez, pero pronto la situación empeoraría.
A los 14 minutos Sergio Agüero aumentó para los locales tras tomar un rebote en el poste, provocado por un disparo de Esteban Cambiasso, luego de un centro similar al del primer tanto.
Argentina tenía tres tiros en su haber: dos goles y un palo.
El panorama lo completó la lesión de Jorge Fucile -en una jugada en la que Javier Mascherano también quedó golpeado- quien debió ser sustituido por Edison Cavani.
EFÍMERA RECUPERACIÓN. El primer tiempo continuó con el dominio intrascendente de Argentina pero sobre el final, con muy poco, Uruguay logró aproximarse al arco de Carrizo y encontrar el descuento.
Luis Suárez, el mejor de los celestes mientras le rindió el físico, corrió un balón que se perdía afuera, sobre el fondo de la cancha, y la metió atrás, rastrera, para que Lugano, luego de que Abreu abriera las piernas, anotara el descuento.
Era un final positivo luego del oscuro comienzo del partido, sin embargo, el descanso no le sirvió a ninguno de los dos equipos que pasaron de jugar poco a jugar nada.
El complemento se resume en las ocho tarjetas amarillas que sacó Torres: cinco para Argentina, tres para Uruguay.
El paraguayo debió ser aún más riguroso ante la combinación de faltas violentas, charlas innecesarias y demoras constantes realizadas por los jugadores.
Con el partido tan complicado, y el empate tan lejos, Tabárez envió a la cancha a Javier Chevantón y Carlos Bueno, en lugar de los inefectivos Abreu y "Cebolla" Rodríguez.
No hubo suerte. Uruguay no encontró camino alguno al área rival y durante el segundo tiempo sólo contó con una bolea de Suárez y un centro peligroso de Carlos Bueno como únicos acercamientos al arco de Carrizo.
Fuente: El País Digital

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